¿Cómo saber cuándo es el momento de iniciar un proceso de ikigai coaching? Encontrarás diferentes respuestas, pero probablemente todas convergen en un sentimiento común: cuando tu vida carezca de propósito, cuando sientas sin ganas para seguir, cuando no te reconozcas a ti mismo, cuando te busques y no te encuentres… cuando necesites dar sentido a tu vida, cuando sientas que necesitas vivirla plenamente.
Una de las frases atribuidas a Leopoldo María Panero (uno de los poetas españoles encuadrados en el grupo de los Novísimos), resulta muy explicita en ese sentido: «en la infancia vivimos, después sobrevivimos».
Si percibes que tu vida carece de significado, que lo que haces cada día no te revitaliza, no te permite disfrutar de tu vida ni te llena de energía positiva, es que no estas viviéndola con plenitud.
La fatiga, el agotamiento, el aburrimiento, la incertidumbre, la desgana o la falta de motivación para levantarte cada mañana con ilusión por vivir intensamente cada nuevo día, pueden ser indicadores de que la vida que estas viviendo no te satisface plenamente.
Son muchas y muy diferentes las maneras en que nos damos cuenta de que necesitamos dar sentido a nuestras vidas.
1. ¿Te sientes perdido? ¿No sabes qué hacer con tu vida? A veces percibimos que nada a nuestro alrededor tiene sentido. No tenemos claro ni por qué ni para qué hacemos lo que hacemos. Nada nos llena: ni el trabajo, ni las relaciones con los amigos,… o lo peor, ni siquiera nosotros mismos. Nos sentir mal, pero no sabemos qué hacer.
El hecho de habernos dado cuenta es clave para poder reconocer primero el momento en el que nos encontramos y dar el primer paso. Si te identificas con esta situación, no desesperes; piensa que estás más cerca de lo que imaginas de poder dar sentido a tu vida.
2. ¿Sabes lo que necesitas y quieres encontrarlo ya? Si tienes claro lo que buscas, ¿qué estas esperando? Tanto si se trata del ámbito personal como del profesional, lo importante es no perder la motivación ni el interés y ponerse en marcha cuanto antes.
Cuando tienes identificado el problema y sabes hacia donde dirigir tus pasos para resolverlo, lo más importante quizá sea sentirse acompañado. Poder contrastar y validar el sentido de cada paso y disfrutar del camino en buena compañía.
3. ¿Tu vida no te disgusta, pero sabes que podrías hacer más para mejorarla? Ser consciente de que un poco de esfuerzo puede brindarnos un salto cualitativo en todos los ámbitos de nuestra vida, es una buena noticia.
Sin duda se trata de una excelente oportunidad para reenfocar tu proyecto de vida y poder vivirla más plenamente, pero, nos mantenemos en nuestra zona de confort. Miramos a nuestro alrededor y sentimos que estamos bien. Nuestra vida tiene sentido.
Hasta que en una de esas ocasiones en las que contemplamos nuestro entorno nos damos cuenta de que otras personas con las que compartimos nuestras vidas no se sienten igual de bien. ¿Qué pasa entonces? ¿Nos preguntamos si podríamos hacer algo por ellos (quizá por nosotros mismos)?
Es el momento de reenfocar nuestra misión en la vida. De darle una vuelta y sentir que ayudar a otras personas a encontrar su ikigai, nos renueva y nos aporta, también a nosotros, una motivación nueva.
4. ¿Tu situación actual te exige tomar decisiones trascendentes? A lo largo de nuestras vidas hay etapas o momentos puntuales en los que por razones de edad, cuestiones personales o profesionales debemos afrontar procesos de cambio.
Saber que nuestras decisiones de hoy nos permitirán disfrutar en el futuro de una vida plena, es fundamental para sentirnos liberados de la presión de la incertidumbre. Quizá estás a punto de terminar tu Bachillerato y no tienes tan claro como tus amigos cuál es el siguiente paso, no sabes si los estudios que has elegido te proporcionará las oportunidades que deseas.
Puede que pienses que deberías darte un tiempo, no ir tan deprisa, pero no sabes como planteárselo a tus padres porque ni tú lo tienes tan claro como te gustaría.
Puede que ya estés a punto de terminar tus estudios universitarios, que hayas comenzado a trabajar en una empresa, que tu vida en pareja de un giro inesperado.
O quizá ya en la madurez, hayas encontrado un momento en el que poder parar por un momento ese ritmo infernal que te sientes obligado a llevar cada día para poder preguntarte algo como: ¿esto era por lo que he estado luchando todos estos años?, ¿y todo lo que he ido dejando por el camino?, ¿ha merecido la pena?
Es posible que te sientas un cierto vacío al llegar a la madurez, pero también puede ser que después de toda una vida estés a punto de jubilarte y no sepas cómo afrontarlo.
Tener que dejar tu trabajo para enfrentarte a una situación nueva, puede resultar más estresante de lo que todos te dicen. Es algo que te llena de angustia o quizá te entristece. ¿Piensas que ya no eres indispensable? Te preguntas: ¿y ahora qué? También este puede ser el momento de redefinir la razón de tu existencia.
Como puedes comprobar tu ikigai debe irse readaptando en cada nueva etapa de tu vida.
En el fondo, tu ikigai en esencia siempre será el mismo, pero se manifestará de diferente manera a lo largo de los años.
A lo largo de nuestras vidas, los seres humanos cambiamos de trabajo, de relaciones,… a veces también nos sentimos diferentes por dentro. Por eso es tan importante sintonizar con nuestro interior, estar en comunicación permanente con nosotros mismos.
Si nos reconocemos, si somos capaces de comprendernos, aceptarnos y aprovechar todo nuestro potencial, podremos adaptarnos a las circunstancias (por muy cambiantes que sean) sin renunciar a lo que somos, a lo que sentimos. Sin dejar de tener una razón para seguir aportando valor a nuestras vidas.
Si deseas comentarme algo sobre tu necesidad de reenfocar tu ikigai en el momento vital en el que estás, escríbeme un email: guillermodevicente@ikigaicoach.es sin compromiso.
También puedes solicitar información sobre el programa enfocado ikigaicoach.es diseñado para ayudarte en la búsqueda de tu ikigai.